Sensibilidad dental: qué es, causas y cómo quitarla
Muchos factores pueden dar pie a que experimentes dolores en la boca. Uno de los más habituales es el de que erupcionen las muelas del juicio. Otro bastante frecuente se resume en que tengas sensibilidad dental.
Qué es la sensibilidad dental
La sensibilidad dental es una afección que padecen una de cada tres personas, las cuales sufren dolores en los dientes de intensidad aguda. Los mismos desaparecen al cabo de unos segundos o minutos.
Causas de la sensibilidad dental
Varios aspectos pueden provocar esta sensibilidad dental, la cual acaba apareciendo con el paso de los años o incluso de forma repentina. Entre los comunes se encuentra el de ingerir comidas o consumir bebidas que tienen una notable cantidad de ácido, desde refrescos con agua carbonatada hasta zumos que provienen de frutas cítricas. El cuello del diente, donde se unen la raíz y la corona, se erosiona.
Continuando con lo referente a la acidez, si la misma suele estar presente en la zona de la boca por unos u otros motivos, tarde o temprano también es probable sufrir sensibilidad dental. Así lo demuestran los afectados por úlceras y las personas que vomitan habitualmente.
Otra causa de la sensibilidad dental consiste en cepillarse con una excesiva fuerza, así como hacerlo con una regularidad inadecuada. Si lo haces con una buena intensidad pero utilizas una pasta dental que sea abrasiva probablemente también sufras esta afección.
A su vez, cualquier mal hábito relacionado con masticar alimentos también es una causa habitual de la sensibilidad dental. Un claro ejemplo es el del bruxismo, el cual puede ser evitado fácilmente con una férula de descarga. Es por ello que, al detectar que se hace demasiada fuerza al masticar productos alimenticios, conviene ir al odontólogo para que actúe en consecuencia y no acabes sufriendo sensibilidad dental que te impida llevar una vida completamente normal.
Sensibilidad dental repentina
La sensibilidad dental acostumbra a aparecer de forma progresiva, sobre todo si afecta a los dientes, sea cual sea el origen. Sin embargo, en ocasiones puede manifestarse repentinamente. Ello suele suceder si la parte afectada de la boca es la encía.
Afecciones como la gingivitis y la periodontitis afectan al tejido dando pie a que en poco tiempo pase a ser mucho más sensible, reaccionando negativamente a estímulos externos como beber una bebida bastante fría.
Por otra parte, algunos tratamientos de tipo odontológico como las ortodoncias pueden dar pie a la recesión de las encías, siendo otro claro ejemplo las limpiezas que realizan higienistas profesionales.
Cómo quitar la sensibilidad dental
Independientemente de si la sensibilidad dental te ha afectado repentinamente o lleva años viéndose incrementada, tienes la posibilidad de quitarla. La manera más natural de hacerlo se resume simplemente en no someter a la zona afectada a los estímulos que te provocan dolores, por ejemplo no comiendo helados. Sin embargo, aún así quizá sigas teniendo molestias.
En ese caso hay una buena manera de quitar la sensibilidad dental. Para este método hay que acudir a un odontólogo especializado, quien se encargará de aplicar una película protectora a los dientes afectados. Para tal fin se hace uso de un material similar a la resina. Gracias a ello se desensibiliza el área, pudiendo realizar acciones que antes eran del todo impensables, por ejemplo respirar aire en un ambiente muy frío.
Los casos más graves de sensibilidad dental pueden solucionarse con injertos que se llevan a cabo utilizando material quirúrgico. Mediante los elementos oportunos el odontólogo especializado se encarga de extraer tejidos de áreas que no son demasiado sensibles, insertándolos a posteriori en aquellas encías que sí generan un dolor agudo cuando se someten a factores externos.
Si sufres de una sensibilidad dental muy grave y los consejos que te hemos dado no solucionan tu problema, no dudes en pedir cita en cualquiera de nuestras clínicas dentales para que tratemos tu problema:
Nuestras clínicas:
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Tratamiento para la sensibilidad dental
En la mayoría de casos no hay por qué recurrir a métodos como los anteriormente descritos, ya que un buen tratamiento evita que la sensibilidad dental vaya a más e incluso logra que desaparezca.
Primeramente es fundamental que mantengas una buena rutina de higiene bucodental a pesar de que el dolor en ocasiones te lo impida. Para que el mismo remita asegúrate de hacer uso de productos específicos.
Los dentistas suelen recomendar pasta dental para dientes sensibles. No es el único producto que ha sido desarrollado teniendo en cuenta las necesidades de este tipo de usuarios, elaborando fórmulas que son muy efectivas.
Por si fuera poco, también hay colutorio para sensibilidad dental. Ingredientes como el nitrato potásico proporcionan una buena protección día tras día para que las encías y los dientes sufran mucho menos, diciendo adiós progresivamente a este problema que afecta a tantas personas en todo el mundo.
Limpiándote los dientes con un buen gel para sensibilidad dental y enjuagándote dos veces al día con un colutorio específico mejorarás mucho, aunque el tratamiento no termina aquí. Por supuesto, también es crucial que aciertes de lleno con el tipo de cepillo que emplearás a diario.
En este sentido es altamente recomendable hacer una visita al odontólogo que analizará tu caso, indicándote qué tres de estos productos se convertirán en tus principales aliados para plantar cara a la sensibilidad dental.
Si por unos u otros motivos prefieres elegir tú mismo un cepillo adecuado, es conveniente que sus cerdas sean de tipo suave. Además, cada movimiento debe ser circular, empezando por el diente y terminando en la encía.
Teniendo en cuenta que estás afectado por la sensibilidad dental, el cepillado no debe exceder la cantidad de dos veces al día. Lo más recomendable es hacerlo después de desayunar y tras haber terminado la cena.
Además, cada año se aconseja acudir a un profesional para que haga una higiene bucodental a fondo. El especialista que te atienda sabrá que tienes sensibilidad dental, así que te dejará los dientes y las encías en un estado perfecto sin ocasionarte dolores ni molestias.
Adicionalmente puedes optar por hacer tus propios enjuagues con agua y sal. Este último ingrediente se deshace del exceso de acidez que provoca la sensibilidad dental, equilibrando el pH del interior del área bucodental con todo lo positivo que ello conlleva. Para conseguir buenos resultados es esencial que el agua esté a temperatura tibia y que añadas un par de cucharaditas de sal, removiendo bien el conjunto.